me acorde de lo que ya no me queria acordar y que casi siempre me da pena.
Las personas no cambian,
Descubrí que soy poco perseverante, que cuando me desanimo no reacciono positivamente, todo lo contrario, y me frustró y me hiere tanto el orgullo que prefiero dejarlo, como esas carpetas olvidadas dentro de carpetas más olvidadas.
Siempre cuando me enfermo en una parte que no es mi casa me da pena, no sé, siento que nadie se preocupa mucho por mi, como que todo vive por si sólo y la enferma está grande pa cuidarse sola... pero mi mamá no piensa eso, y es con la única que en el fondo de mi alma puedo disfrutar estar enferma, porque me toma la temperatura por iniciativa propia, porque me ofrece pañitos mojados, me hace té de hierba, me hace cariño y me lleva al hospital si me ve muy mal...